Sr. Director:
Uno de los aspectos que salieron a la luz como causa de la crisis financiera de la pasada década, fue la ausencia de una sólida base ética en la actividad económica. No puede decirse que el mundo haya aprendido mucho de aquel desastre. En estos días en que se abate sobre la población mundial la pandemia del coronavirus se hace patente la necesidad de una orientación ética en la gestión y en la planificación del futuro. En este sentido los pactos de Estado que el presidente Sánchez dice buscar con la oposición deben estar enfocados a la consecución del bien común y no a limitar las responsabilidades del Gobierno ni a repartir las culpas de su deficiente gestión.