Sr. Director:
Estamos en el año de Chesterton por el ciento cincuenta aniversario de su nacimiento. Más que hablar de Chesterton es mejor dejarle hablar a él con sus juegos de palabras y paradojas, con sus contundentes y persuasivas frases recogidas en innumerables antologías, aunque Chesterton no fue hombre de frases sino de ideas perfectamente desarrolladas. Su pensamiento se puede definir como conservador y amante de los valores de la tradición. Sus años de juventud enturbiaron este pensamiento; pronto sentó la cabeza y escogió la dirección correcta peculiar que mantuvo el resto de sus días.
Nació y creció en el anglicanismo, pero poco a poco advirtió que su pensamiento se identificaba más con el catolicismo, por lo que en 1922 pidió el ingreso en la Iglesia Católica: “La dificultad de explicar por qué soy católico radica en el hecho de que existen diez mil razones para ello, aunque todas acaban resumiéndose en una sola: la religión católica es verdadera”. Argumentos plenos de razón, defensa de la sensatez, admiración por el mundo real que contemplaba. Ideas con las que llenaba páginas y páginas que todavía se leen con fruición: “Nuestros padres no hablaban de psicología; hablaban de un conocimiento de la Naturaleza Humana. Pero ellos la tenían y nosotros no. Sabían por instinto todo aquello que nosotros hemos ignorado con la ayuda de la información. Porque son precisamente los primeros hechos de la naturaleza humana lo que ahora ignora la humanidad”. Y calificaba el mal de aquella época, y de ahí la actualidad de sus palabras porque se podrían aplicar también a la nuestra: “Lo que se ha perdido en esta sociedad no es tanto la religión como la razón; la ordinaria luz del instinto intelectual que ha guiado a los hijos de los hombres”. Si, el pensamiento de Chesterton sigue vigente.