Sr. Director:
No vivimos en paz a causa del Covid-19 pero también por el clima político enrarecido que excluye el bien común. La tentación escuchada a veces consiste en decir que todos los políticos son iguales: demasiada generalidad y por tanto falsa. Los que detentan el Gobierno actual son los principales responsables del ambiente social irrespirable.
La agenda del Gobierno actual tiene demasiados frentes abiertos en cuestiones capitales para la sociedad, como son la ley de la eutanasia, la ampliación del aborto a las adolescentes, la asfixia de las escuelas concertadas -la mayoría católicas-, que exigen ahora de los ciudadanos una mayor conciencia de lo mucho que está en juego, que es la libertad con sus principales manifestaciones. La prensa libre está trabajando para informar de esos planes más o menos liberticidas. Los ciudadanos tenemos que responsabilizarnos de que vamos a encontrar pocos apoyos para frenar las maniobras del Gobierno que padecemos.
El cardenal Carlos Osoro presentaba a finales del pasado mes unas ideas importantes que merecen ser conocidas por los fieles y por la gente sensata que sostenemos nuestra convivencia pacífica, cada vez más amenazada. Me parece que es una importante campanada para cambiar el rumbo peligroso que se nos impone, y lograr la paz social. Señala que el problema desde hace tiempo se llama España en cuanto se ha cuestionado con fuerza la propia historia: “Tenemos por delante de nosotros un problema llamado España. Se trata de un problema cultural y moral. Necesitamos metas elevadas que ayuden a alzar el vuelo, que dignifiquen la noble tarea de la política, que eleven las conciencias y que inyecten la vida social con virtudes públicas y privadas”.