El tirano Kim Jong-un, protagonista a su pesar de una película producida por Sony –en la que es asesinado–, pretende silenciar las acusaciones de ciberataque contra la productora.
La última vuelta de tuerca ha sido la propuesta a Estados Unidos de crear una "comisión conjunta" para investigar el ataque de los "hackers". Como en una película mala de espías, si Washington no acepta, el dictador les amenaza con "graves consecuencias".
La Casa Blanca no puede ni debe transigir con este aprendiz de "Doctor No".
J.D.