Sr. Director:
Dios es amor, por eso culto y caridad van de la mano. Hay dos días al año en los que la Iglesia lo resalta de modo especial: el primero es el Jueves Santo, cuando se conmemora la institución de la Eucaristía y se celebra el Día del Amor Fraterno. El segundo, el Corpus Christi, la fiesta del Cuerpo de Cristo, es también el Día de la Caridad, celebrado entre el jueves y este domingo, ayer. “La Eucaristía nos ofrece el don de poder amasar de forma inseparable la caridad y la vida de los pobres”, escriben los obispos españoles en el mensaje de este año.
“¿Cómo vivir la Eucaristía –se preguntan– sin estar cerca de aquellos más hambrientos, de aquellos con quienes Cristo se identifica al tener hambre, sed, estar desnudo, enfermo o en la cárcel?”. Esa referencia al conocido pasaje del Evangelio de Mateo se lee hoy desde la perspectiva de “las muchas vidas rotas y profundas heridas” que deja la pandemia. Una pandemia que nos ha recordado que la persona es frágil y que necesita ser sostenida por los demás. La breves procesión que se han celebró el pasado jueves i/o el domingo han sido un signo de que ya se ve la luz al final del túnel.