Cartas al director
La Pasión según San Juan de la Cruz
Sr. Director:
San Juan de la Cruz no nos dejó ningún tratado sistemático de Teología sobre la Pasión de Jesucristo, Dios y hombre verdadero; ni tampoco una obra de polifonía sacra de la Pasión como Luis de Victoria o Morales, pero nos ha regalado dos obras artísticas: una pictórica y otra lírica de gran profundidad por su originalidad para comprender el amor inmenso de Jesucristo que le llevó hasta la muerte y una muerte de cruz: Mysterium Crucis.
La pictórica es su famoso dibujo de Cristo desgarrado y con la cabeza profundamente inclinada sobre el pecho amoroso, que Dalí plasmó de forma sublime iluminando las nubes y las barcas a la orilla del mar; evocando la misión de los discípulos de ser pescadores de hombres. San Juan Pablo lo consagró como icono de su pontificado.
La otra obra de arte es el poema hermoso, piadoso Un pastorcico, poesía bucólica-pastoril a lo divino, en la que el Divino Pastor está penado, llagado, olvidado, con el pecho del amor muy lastimado porque sufre por los desdichados (pastora) que no atiende ni quiere gozar su presencia, y que le ha llevado a morir encumbrado sobre un árbol donde abrió sus brazos bellos y muerto se ha quedado con el pecho del amor muy lastimado. Pero lo mejor es leerlo entero, verso a verso, estrofa a estrofa, tal como el genial autor del Cántico Espiritual lo esculpió en versos memorables que se leen así:
Un pastorcico, solo, está penado/ ajeno de placer y de contento/ en su pastora puesto el pensamiento/ y el pecho del amor muy lastimado//
No llora por haberle amor llagado/ que le pena verse así afligido/ aunque en el corazón está herido/ más llora de pensar que está olvidado//
Que sólo de pensar que está olvidado/ de su bella pastora, con gran pena/ se deja maltratar en tierra ajena/ el pecho del amor muy lastimado//
Y dice el pastorcico: ¡ Ay, desdichado/ de aquel que de mi amor ha hecho ausencia/ y no quiere gozar la mi presencia/ y el pecho por su amor muy lastimado//
Y al cabo de un gran rato se ha encumbrado/sobre un árbol, do abrió sus brazos bellos/ y muerto/ se ha quedado asido de ellos/ el pecho por su amor muy lastimado//.
Fidel G Martínez
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