Sr. Director:
Los que reprobamos las conductas de políticos, terroristas y algunos profesionales de la medicina, en relación al aborto y otros crímenes, y que somos una inmensa mayoría de los ciudadanos, estamos de enhorabuena por la decisión de los argentinos de respetar la vida de todos los seres humanos, nacidos o no, jóvenes o viejos, y han entendido que el asesinato, se le llame como quieran, nunca es un derecho de nadie.
El más elemental de los derechos humanos es el derecho a vivir y nadie, sea político radical o terrorista, puede atribuirse el privilegio de calificar qué asesinatos son buenos y cuáles no. Repugna a la razón cuando vemos que en la especie humana unos fanáticos establecen las personas a las que se pueden liquidar y a las que no. Despenalizar la matanza de niños, por la simple culpa de que no han nacido y de que no se puede defender, es una actitud muy miserable. Los terroristas matan a adultos, algunos incluso pueden tener la posibilidad de defenderse; los políticos no matan, pero dan su anuencia para que lo hagan otros sobre los seres más débiles que existen.
Felicidades a Argentina y muchas gracias por la defensa de la vida; muchas personas se salvarán de la muerte gracias a vuestra decisión.