Sr. Director:
En Francia existe una elevada proporción de simpatizantes de un Islam radical, que no reconoce las leyes del país de acogida. Es lo que Macron ha llamado el “separatismo musulmán”, contra el cual quiere ahora legislar.
Una nueva ley puede ser necesaria desde el punto de vista de la seguridad, pero no bastará para abordar la integración de la población musulmana, especialmente de aquella que alimenta todo tipo de prejuicios respecto de las sociedades occidentales. Ni el multiculturalismo ni el laicismo han servido para ese objetivo como ha quedado demostrado.
A mi corto entender, Europa tiene que recuperar la conciencia de su propia identidad basada en la herencia greco-romana y la tradición cristiana para ofrecer un fundamento sólido a una laicidad abierta y positiva, en la que mayoría de los musulmanes encuentren también su lugar.