Sr. Director:
El presidente francés llamó el pasado martes la atención de las cámaras de todo el mundo: salió a defender su patrimonio cultural alegando que reconstruirá Notre Dame. Ahora bien, en sus palabras evitaba términos religiosos, decantándose por la faceta artística del edificio. La verdad es que era de esperar: después de varios meses de silencio antes decenas de iglesias profanadas, Macron aparece para reconstruir “su historia que arde”, no así su religión. Lo cuenta Religión en Libertad.