Sr. Director:
Después del desfile arbitrario y casi caótico, en algún momento, que se pudo presenciar el 12 de octubre, día nacional, de lo que antes era España en la gran avenida de la Castellana con una abigarrada representación de soldados militares y servidores del orden público de todos los estamentos no militares y civiles. Con protocolos políticos quebrados por ambición desmedida de protagonismo, parece oportuno y pertinente quitar hierro a la mediocridad con un poco de poesía heroica. Ningún verso más a propósito y genuino como el del poeta de la Hispanidad Rubén Darío, quien mejor supo sintetizar en su persona la gran aportación de España a la civilización occidental y cristiana el mestizaje de lo indígena y lo hispano, contra lo que claman los nuevos bárbaros ultras: