Sr. Director:
El trabajo de la Iglesia en las cárceles españolas es una realidad poco conocida por nuestra sociedad. Son nada menos que 2560 voluntarios, la mayor parte mujeres, y 162 capellanes, los que desarrollan un total de 985 programas que atienden a las dimensiones religiosa, social y jurídica para que la cárcel sea un lugar más justo y humano, donde el Evangelio se hace presente de múltiples maneras.
La Memoria de la Pastoral Penitenciaria en España recoge la participación en la Eucaristía de más de 7.000 personas y la colaboración de 866 entidades colaboradoras entre parroquias, congregaciones religiosas y ONGs. Gracias a todos ellos es posible dotar de recursos económicos a las personas que están en la cárcel y necesitan adquirir bienes de primera necesidad. El trabajo no acaba ahí porque el futuro de las personas que un día ingresaron en prisión no puede ser la cárcel, sino la vida en libertad. Por eso el programa cuenta con casas de acogida para quienes gozan de permisos penitenciarios y con un plan de actividades en forma de trabajos para el bien de la comunidad.