Sr. Director:
Desde 2010, cada 6 de noviembre, la Iglesia Católica en España celebra, con rango de memoria obligatoria, a los mártires del siglo XX en España, en concreto durante el período de la persecución religiosa desatada entre 1931 y 1939 durante los tiempos de la II República y una vez iniciado el Alzamiento Nacional.
En total, 12 obispos, 4.184 sacerdotes, 2.365 frailes y religiosos, 283 monjas y más de 3.000 seglares, fueron asesinados por su Fe Católica. En total, más de 10.000. Todo un plan perfectamente ejecutado por socialistas, comunistas y anarquistas para eliminar a la Iglesia Católica de nuestra Patria.
En la Carta Colectiva de los Obispos Españoles del 1 de julio de 1937 se afirma: “Pero, sobre todo, la revolución fue "anticristiana". No creemos que en la historia del Cristianismo y en el espacio de unas semanas se haya dado explosión semejante, en todas las formas de pensamiento, de voluntad y de pasión, del odio contra Jesucristo y su religión sagrada. Tal ha sido el sacrilegio estrago que ha sufrido la Iglesia en España, que el delegado de los rojos españoles enviado al Congreso de los "sin-Dios", en Moscú, pudo decir: "España ha superado en mucho la obra de los soviets, por cuanto la Iglesia en España ha sido completamente aniquilada". Palabras estremecedoras sobre la situación del terror implantado en la zona republicana.
Resulta vergonzoso que el PSOE, no teniendo suficiente con la Ley de Memoria Histórica de 2007, quiera aprobar esta nueva Ley de Memoria Democrática, muchísimo más restrictiva y totalitaria, queriendo condenar al ostracismo a millones de españoles, que ni de lejos, sienten lo que esta Ley quiere conformar en la conciencia nacional.
Efectivamente, los mártires murieron perdonando a sus verdugos y nosotros no debemos de ser menos. Pero una cosa es ser bueno y la otra, permitir que los cómplices directos e indirectos del asesinato de miles de católicos, quieran reescribir la Historia a su antojo. Nadie duda de las intenciones políticas del mencionado Proyecto de Ley, pero tampoco se debiera albergar duda alguna, de las intenciones anticatólicas del mismo, ofendiendo a la Iglesia Católica en España y a sus fieles. El PSOE y otros partidos políticos actualmente con representación parlamentaria debieran también pedir perdón por toda aquella masacre y destrozo que sufrió la Iglesia en la zona controlado por el Frente Popular. No creo que lo hagan, pero sería lo deseable.
Por mi parte, seguiré teniendo devoción a todos esos mártires españoles, a los que diariamente se encomendaba el Venerable Pío XII.