Sr. Director:
Relato lo que he vivido, no es una fábula. Hay que empezar por lo fundamental, SÓLO HAY UN DIOS VERDADERO, los demás son ídolos. Ese Dios Único se hizo humano, un Misterio incomprensible para la persona humana, pero con sus palabras y con sus obras, imposibles de realizar por un ser humano, demostró que ÉL aparte de tener una naturaleza humana, realizaba prodigios, milagros, y hasta resucitaba muertos, es decir que tenía una naturaleza humana como los demás hombres, pero era UNA PERSONA DIVINA. Lo cierto es que esta persona divina, era Dios y al mismo tiempo hombre. Demostró el Amor de Dios por el hombre creado a su imagen y semejanza. Si no era Dios es imposible de admitirle como tal, pero lo cierto es que el mundo se convirtió en “un antes y después de El” Millones y millones de seres humanos, desde reyes a plebeyos, de sabios a ignorantes, de ricos y pobres, han creído en CRISTO JESUS COMO SU UNICO SEÑOR, DIOS Y SALVADOR. Y con esa fe irrevocable fui educado. Y este Dios dijo a sus discípulos que confirmasen a sus hermanos en la Fe. Y esa Fe es la que humanizó a la sociedad y la hizo más fraterna, mas pacifica, más solidaria.
Lo que yo he vivido es que sobre todo a partir de los años 60, esa Iglesia, la mayoría, se mundanizó y desacralizó y como consecuencia de esta nueva iglesia progresista, muchos fieles perdieron la fe y la sociedad se hundió. El día de San Pedro, creo que fue en el año 1969, el Cardenal Tarancón decía que “Había llegado la primavera a la Iglesia” el Papa Pablo VI, ese mismo día, decía “que el humo de Satanás se había infiltrado en la Iglesia”. A partir de esas fechas, todo ha empeorado sin pausa. La Divina Eucaristía está totalmente desacralizada, cada vez tenemos menos sacerdotes y muchos seminarios vacíos. ¿Se acuerdan de que el día que el Papa Benedicto XVI renunció al papado cayó un rayo sobre la Basílica de San Pedro en el Vaticano? A la vista de los acontecimientos que se han producido a partir de esa fecha, en la Iglesia y en la sociedad, demuestran que aquello no fue un hecho de la naturaleza, sino un AVISO CELESTIAL. Esto está llegando a su fin y hay que repetirlo porque hay muchas conciencias dormidas y hay que despertarlas para que se conviertan y vivan.