Cartas al director
Navidad escondida bajo el eslogan 'Felices Fiestas'
Sr. Director:
Si alguna fiesta eminente y exclusivamente cristiana es objeto de controversia, especialmente por los que sólo ven en ella un mito consumista, esa es la Natividad del Señor, hoy escondida en el eslogan triste de: Felices Fiestas.
Su origen y su esencia es objeto de las más atrevidas y osadas teorías supersticiosas y astrológicas, todas relacionadas con los movimientos de los astros y su influencia en el destino de las personas, la evidencia de la influencia de éstos en los horóscopos que hoy son una comercialización de la superstición. Cada día son más las personas que rechazan toda religión positiva y revelada, y acuden a los astros como alternativa para librarse de una existencia sin sentido y absurda y sin más salida que la angustia nihilista.
El posmodernismo y su pensamiento débil huyen de los relatos que dan sentido a la historia que ven como algo absurdo y sin sentido y dominada por el mal y las tinieblas. La Navidad como hecho histórico-teológico es la respuesta definitiva desde hace más de veinte siglos. Durante el pasado siglo XX los intentos incluso teológicos por desmitificar la infancia de Jesús se han agotado en sí mismos y en su crítica histórica.
Una cuestión que se plantea en estos días es la fecha exacta e histórica de la Era Cristiana; tradicionalmente: se admite el 25 de diciembre como la fecha del inicio de la era cristiana y como día del Nacimiento de Jesucristo. Esta fecha fue propuesta por el monje Dionisio el Exiguo teniendo como referencia el evangelio de San Mateo que afirma que Jesús nació en el reinado de Herodes, que no debe confundirse con Herodes Antipas, quien murió en Abril del 750 de la Fundación de Roma. De los datos aportados por el evangelista Lucas, médico y pintor y seguro de Madre Jesús para los relatos de la infancia, Jesús nació y vivió durante los emperadores Augusto y Tiberio, de los que deduce que Jesucristo habría nacido cinco años antes de los que calculó el monje Dionisio.
En cuanto a la fecha exacta del Nacimiento, la del 25 de diciembre, es igualmente poco segura. El 25 de diciembre se correspondía con el solsticio de invierno en el calendario juliano, el sol comenzaba a situarse en lo más alto y los días son más largos. La mitología romana celebraba el Sol Invictus. Los primeros cristianos cuando era posible tendían a hacer coincidir sus fiestas litúrgicas con los mitos paganos. Cristo es el sol que vence la noche del pecado y la muerte.
El 25 de diciembre como fecha de la Natividad del Señor fue adoptada por la Roma Cristiana en el siglo IV. Aunque ya en el siglo III el gran teólogo y filósofo Clemente de Alejandría sostenía que la Navidad tuvo lugar el 19 de Abril por razones propedéuticas ya que los pastores según San Lucas tienen un papel fundamental porque fueron los primados en ser llamados representaban el Pueblo de Israel. Es una oposición respetable. La Iglesia se sirve de un texto del Libro de la Sabiduría para referirse al momento eterno de la Navidad: "Un profundo silencio lo envolvía todo y en el preciso momento de la medianoche, Tu Palabra omnipotente de los cielos, de tu trono real, se lanzó en medio de la tierra". Este momento lo plasmó San Juan en su famoso prólogo, cuando sentencia: el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Es lo que distingue al cristianismo de todos las religiones politeístas o monoteístas.
Fidel García
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