Cartas al director
No a los toros y por las bravas
Sr. Director:
El desprecio que muestran los partidos populistas y separatistas hacia la Fiesta Nacional se inserta en el esperpento que vivimos de un tiempo a esta parte.
No hay que escandalizarse por el hecho de que unas minorías se opongan a todo lo que sea celebrar la unidad, la convivencia y el orgullo de nuestra historia. Es algo que forma parte del juego democrático.
Sin embargo produce cierta vergüenza la exhibición de ignorancia y descaro de unas minorías empeñadas en desfigurar la historia de acuerdo con sus prejuicios ideológicos.
Además de la Fiesta Nacional, que celebramos con íntimo orgullo, también el mismo día es la Fiesta del Pilar, que igualmente festejan numerosos países americanos que forman la Hispanidad.
Y en esta celebración, que se visualiza con la hermosa ofrenda floral a la imagen de la Virgen en Zaragoza, permanece el recuerdo de esa antiquísima tradición de la aparición de la Virgen al apóstol Santiago, cuando empezaba la evangelización de España.
Según esta tradición, la Virgen estuvo acompañada de numerosos ángeles que transportaron un pilar en el que se posó. Esa columna es todo un signo tangible de la fe en Cristo, que ha dado forma a buena parte las empresas de España.
No es un día para la nostalgia, sino para tomar conciencia de lo mejor de nuestra historia y hacerlo fructificar en unas circunstancias completamente nuevas.
Suso M.
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