El penúltimo capítulo del culebrón venezolano de Podemos pone los pelos de punta.
Tal y como publicaban algunos medios, ahora resulta que los opositores que han pedido explicaciones al Gobierno de Maduro sobre la financiación irregular del partido de Pablo Iglesias están siendo perseguidos.
Lo que faltaba a los defensores de las libertades en Venezuela es pagar los platos rotos de un desmán que ha beneficiado, como poco, al número tres de la formación española ¿Y qué dice Podemos de esta persecución política? Nada. Como siempre.
J. Madrid