Tres años después de su rotunda victoria electoral, Mariano Rajoy afronta momentos políticos delicados, en los que es imposible ocultar un cierto desasosiego entre sus votantes, negativamente sorprendidos por la renuncia a reformar la ley del aborto -que era uno de los puntales del programa popular- y disgustados por las denuncias de corrupción.
Pese a todo, el balance económico de su gestión puede calificarse de esencial, tras librar a la economía española del rescate, y su labor reformista ha encarrilado el futuro. No obstante, "el grano Podemos" que le ha salido puede empañar los resultados económicos que sin haber conseguido los sociales empañaran y mucho su victoria.
Xus D Madrid