Sr. Director:
El Premio Mundo Negro a la Fraternidad de este año recaía en el liberiano Silas Siakor, azote de gobernantes corruptos que lucha por organizar a las pequeñas comunidades para que puedan producir lo necesario de forma sostenible y sin depender del clientelismo político. Siakor fue una pieza clave en la caída del dictador Charles Taylor en 2004, condenado por un tribunal de la ONU por crímenes contra la humanidad. Taylor ganó miles de millones exportando madera de Liberia, un negocio que a su vez le sirvió para financiar el conflicto bélico y así ocultar su rapiña. Lo mismo hizo en la vecina Sierra Leona con los diamantes. Un modelo de negocio idéntico al que ha servido para extraer a buen precio el oro o el coltán del Congo, y que no existiría sin una demanda dispuesta a lucrarse a costa de la muerte y la destrucción ajenas.