Sr. Director:
Es un honor repetir las palabras del título, pronunciadas estos días por la persona más honorable que tenemos en España y que más ha hecho por nuestro porvenir y nuestra democracia. Sin ninguna duda, una gran mayoría de ciudadanos españoles le hemos respetado, admirado y agradecido su labor en nuestro favor, pero llegaron unos políticuchos indeseables, que utilizan cualquier recurso para intentar lograr sus objetivos, y no tuvieron a nadie más cerca que a nuestro propio Rey Emérito, al que quieren destronarle con miserables argumentos. Aprovechan que el pueblo se deja seducir con sus estúpidos discursos demagógicos y hacen uso de ellos para arremeter contra quienes pretenden eliminar de la vida pública.
Tristemente somos los españoles poco lanzados a defender la verdad y la justicia, por lo que aunque el 90% simpaticemos con la inconmensurable labor de nuestro Rey Juan Carlos I, nadie se “alza en letras” para elogiarle y defenderle. Y por otro lado, él ha de estar callado por lealtad y patriotismo, con lo que se convierte en un muñeco del “pin, pan, pun”. Y seguirá siendo así hasta que estos politicuchos consigan desgastarle suficientemente y hacerle perder su prestigio. El instrumento que utiliza el gobierno para ello es “la Lola”, fiscal general del Estado, convertida en fiscal general de Sánchez. De fray Mentiras recibe la fiscal instrucciones para alargar lo más posible la investigación sobre unas supuestas irregularidades, con el fin de mantener el mayor tiempo posible su acoso, pese a que los tribunales le eximen de cualquier culpa y además utiliza la ayuda de los medios afines comprados con nuestro dinero.
Desde su residencia en Abu Dabi, durante un almuerzo, afirmó el Rey Emérito, que se siente maltratado, que: “Es muy duro tener que estar en silencio. Estoy haciendo un sacrificio al estar callado. Lo hago por lealtad y patriotismo, pero esto es un tormento. Como dicen los viejos marineros: ‘Al mal tiempo, buena cara’. Yo sólo me dedico a hacer lo que me piden desde la Casa Real y, por ende, desde el Gobierno. Comparto esa idea de que si estás obligado a estar en silencio, pasas por una verdadera tortura.
Son muy claras las intenciones de un gobierno nefasto como el que tenemos, rodeado de miserables que quieren acabar con España y la Monarquía, y que “a la chita callando”, ingeniará triquiñuelas que le lleven a crear un régimen en el que ostenten el poder perpetuo este ominoso equipo de funestos mandatarios.