Sr. Director:
La laicista asociación UNI laica se rasga las vestiduras y denuncia que en una mínima parte del extensísimo recinto de la Real Fábrica de Tabacos (uno de tantos centros que posee la Universidad de Sevilla), se siga dando cobijo a la universitaria Hermandad de los Estudiantes (1924). Entienden que con ello se vulnera el laicismo de Estado y por eso exigen su «desahucio». Pero esta actitud no es justa. No es justa porque interpretan que el «Ninguna confesión tendrá carácter estatal» del art.16.3 de la CE, implica un laicismo beligerante, olvidando que: «Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones». No es justa precisamente por la cruel injusticia que supondría que los hijos expulsasen a una madre de su casa, ya que fue en el seno de la Iglesia sevillana (¡memoria histórica!) donde surgió el primigenio Colegio que dio vida a esta Universidad; como recuerda la estatua del canónigo Maese Rodrigo en el patio de su Rectorado. Y no es justa porque acoger una Hermandad que difunde el mensaje del amor cristiano desde una cátedra tan imponente como es el Cristo de la Buena Muerte, sólo puede generar beneficios a una institución que pretende el conocimiento del bien, la verdad, la belleza y la justicia en las mentes universitarias.