Dura denuncia la del obispo de Alcalá, Reig Pla, sobre la retirada del proyecto de ley sobre el aborto, ciertamente.
Pero el laicismo se encoge de hombros ante estas acusaciones: le basta con motejar a este obispo de "radical" o de "ultraderecha" y se queda tan campante. No creo que Rajoy haya pestañeado al leer la carta, si es que ha tenido la curiosidad de leerla. Como tampoco creo que las manifestaciones a favor de la vida le quiten el sueño. Él cree que con presentar un balance positivo de su gestión económica y con la amenaza que supone para la estabilidad la llegada de "Podemos", además de haber quitado, de momento, la espoleta del separatismo catalán, tiene suficiente para recuperar los votos perdidos en las europeas.
Puede que El Sr. Rajoy lleve razón. No obstante, si en los próximos meses sacase a la luz una ley de protección a la familia, como tantas veces ha anunciado, y convenciera a los padres preocupados por la educación de sus hijos que es más importante la consolidación de la libertad de enseñanza que la reforma de la ley del aborto, puede que recupere algún voto. Pero tengo mis dudas.
Rajoy ha conseguido que muchos electores hayan perdido la paciencia y que prefieran la malo por conocer a lo supuestamente bueno ya conocido.
M. M.