Cartas al director
Rita Barberá, sometida al juicio de Dios. No se necesita a nadie más
Sr. Director:
La trayectoria de Rita Barberá no puede reducirse a un episodio oscuro, cuyas responsabilidades jurídicas y políticas habrán de ser depuradas.
Barberá ha sido una gran alcaldesa de Valencia, ha gozado durante años de enorme consenso y popularidad, y ha liderado una profunda transformación de su ciudad (Valencia), al menos así lo manifiestan millares de valencianos.
La soledad y el desamparo que ha vivido en los últimos tiempos no hacen justicia a una trayectoria larga de servicio público con muchas luces y también con sombras, como toda obra humana.
En la hora de su inesperada muerte algunos pueden sentir, con pesadumbre, el modo en que la han tratado. Otros, pocos pero ruidosos, demuestran su abyección. La justicia de los hombres, siempre necesaria, es también siempre imperfecta y aproximada. Por eso confiamos a Rita Barberá a la única Justicia que nos permite vivir con esperanza, la justicia de Dios, que es misericordia.
Suso Madrid
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