Sr. Director:
¿Quién le iba a decir al gran santo, Carlos Borromeo que su nombre iba ser utilizado para atacar a la Iglesia Católica a la que él sirvió con total dedicación y entrega como doctor, obispo y servidor de los más pobres y necesitados?
Él que fue el gran impulsor de la gran reforma de la Iglesia Católica durante el Concilio de Trento y él que la llevó a la práctica en su magna diócesis de Milán. Fundó seminarios, realizó la reforma moral del pueblo milanés, del clero y de los monjes. Puso especial cuidado en que las celebraciones litúrgicas se celebraran con total dignidad y respetando minuciosamente la liturgia, especialmente el Sacrificio de la Eucaristía.
Pero San Carlos Borromeo no sólo fue un pastor excelente, sino que se comprometió totalmente con los más pobres y enfermos. Cuando se declaró una terrible peste en Milán y cuando todas las autoridades civiles abandonaron la ciudad llenos de terror y pánico, sólo él permaneció en la lucha contra el mal. Fundó hospitales, mandó víveres y médicos para atender a los apestados. Él mismo vía pobremente y caminaba a pie por la ciudad. Se despojó de sus colecciones artísticas para dar dinero a los pobres. Murió a los 46 años cuando su magna labor de solícito aún no había concluido. Es el santo patrón de los banqueros, porque también Dios, como decía Santa Teresa es señor de las rentas y de los renteros.
La memoria de este Pastor Ejemplar San Carlos Borromeo es profanada en una parroquia madrileña que se ha convertido en un centro de desobediencia y ataque a los pastores legítimos. Es curioso que personaje como los socialistas Bono o Zerolo acuden a las reuniones que nada tiene que ver con lo que la Iglesia Católica cree, practica y celebra cuando celebra la Muerte del Señor hasta que vuelva, sino que son ataques gratuitos y sacrílegos al Santísimo Sacramento del Altar.
Fidel García Martínez
martinvarona@yahoo.es