Sr. Director: A muchos en la manifestación de Barcelona contra el terrorismo nos han dado vergüenza los pitos y los insultos de una minoría de manifestantes secesionistas hábilmente colocados justo tras las autoridades. No era ni el lugar ni el momento para montar números ofensivos, por educación y respeto a las víctimas. Es lamentable como de un tiempo a esta parte, en Cataluña debemos aguantar a una minoría secesionista que podríamos llamar hiperventilada, siempre dispuesta a dar la nota y montar follón, politizando partidos de fútbol, fiestas de los barrios o incluso cantos de corales infantiles o actos de rechazo al terror, pisoteando las normas más elementales de respeto y convivencia. ¿Acaso no se dan cuenta que con sus gritos, sus insultos y sus silbidos, apropiándose de actos de paz para destilar odio, no están consiguiendo más que antipatía y rechazo? Carmen M. Maciá