Sr. Director:
Si tenemos un Padre Todopoderoso, no podemos tener ningún problema que no tenga solución. Y para demostrarnos su Amor, nos envía a su Único Hijo, Dios como su Padre, para librarnos de nuestra esclavitud en el pecado y hacernos libres, ya no estamos bajo el poder de Satanás, que ha sido vencido y vencida también la muerte. Y ese Hijo, Dios como su Padre, no está lejos, se quedó Vivo y Presente en el sagrario y clavado en la Cruz, con los brazos abiertos para perdonarnos y darnos su Paz, esa Paz que el mundo no nos puede dar.
Tenemos que levantar el ánimo, pues las noticias y acontecimientos que propagan son los que no tienen a Dios como Padre, sino más bien como enemigo. Son unos pobres seres que siguen esclavos de Lucifer. Si no volvemos a poner a Dios en primer lugar y no al hombre como han hecho, no tendrán ni paz, ni alegría, ni esperanza, que solo disfrutan los que han permanecido fieles y siguen considerando a Dios como Padre Todopoderoso. Esta privilegiada situación aún siendo pecadores Dios la sigue ofreciendo como sucedió en el Portal de Belén: “Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a “los hombres de buena voluntad”,