Sr. Director: Según informes de la NASA cada año se descubren o se inventan, nunca se sabe, nuevos sistemas solares con sus planetas, satélites y cometas. El último sistema descubierto y dado a conocer hace  unos días, se supone  porque no hay pruebas verificadas sino simulaciones, estaría compuesto por un sol   a decenas de años luz con sus planetas, algunos rocosos. El deseo de aventuras interestelares y viajes interplanetarios siempre ha seducido al hombre y algunos no quieren marcharse de este mundo sin viajar  a otros para  comprobar si pueden vivir por los espacio siderales, mejor que en este maravilloso plante azul que el  Creador nos ha regalado para que lo cuidemos y lo mimemos como nuestra casa ideal aquí y ahora  para vivir  con dignidad. Por comprobar lo posibilidad de una gota de agua en otros mundos se gastan millones que dólares, mientras por cegar las fuentes y/o contaminar los ríos y los mares  se gastan millones más. Un bien tan elemental y gratuito como el agua es para miles de millones de personas  un artículo de lujo que no pueden pagar y se mueren de sed. Pero el ser humano quiere con frecuencia jugar a ser Dios y actúa  como si lo fueran pero sin más capacidad  que su  limitada e imperfecta inteligencia que a veces utiliza para destruir las flores, contaminar las aguas, asesinar a los indefensos incluso en el mismo seno materno; su osadía es fabricar seres humanos sin alma en laboratorios destinados a cambiar y manipular los elementos básicos de la vida para fabricar  monstruos a su imagen y semejanza. Algunos quieren convencerse de que este mundo es eterno, ha existido siempre y siempre existirá y rechazan  que este hermoso universo tenga su origen no en una evolución azarosa y ciega, sino  un regalo de Dios,  Espíritu, quien todo lo ha creado con orden, peso medida y belleza. Las teorías y los paradigmas de los astrofísicos actuales no están de acuerdo sobre si el mundo tuvo principio y tendrá  fin. El gran teórico de la ciencia y gran teólogo, uno de los grandes pensadores la segunda mitad del Siglo XX, W. Pannenberg,  afirma: La entera realidad finita creada por Dios incluye igualmente su inicio y que esté contemplado desde el universo finito coincide con el primer momento del  big bang. Se puede afirmar, pues que la ciencia proporciona una  confirmación puntual de la teología. Para este gran pensador  se puede afirmar que el inicio del mundo al que hacen referencia tanto la teología como la física actual constituye el mismo acontecimiento siempre que se explique desde la posición teológica y científica con diálogo y no posturas a priori excluyentes. La Teología necesita la Ciencia y ésta a  aquella. No hay doble verdad. Fidel García