Sr. Director:
Las consecuencias ya las estamos padeciendo, pero esto no ocurre por casualidad ni por que sea una fatalidad, ocurre por nuestro comportamiento. Yo expongo lo que he vivido,. No es una fábula. Nací en 1936,. Guerra civil española, he pasado la miseria más absoluta y he visto como la sociedad iba prosperando y ya, en la actualidad, aquella miseria es un recuerdo. Después de la Segunda Guerra Mundial, se estableció la Unión Europea basada en los valores cristianos, la sociedad fue mejorando en el aspecto económico pero al mismo tiempo que el bienestar material crecía iban menguando los valores cristianos y se fue deteriorando de tal manera la sociedad, que de aquellos valores cristianos no quedan más que restos. Y
¿Qué pasa en España? El gobierno socio-comunista que padecemos, es el fruto de la sociedad que hemos ido formando, con unas leyes perversas, anticristianas, deshumanizadas, sin apenas oposición- Esa sociedad del bienestar material sin Dios, se disuelve como un azucarillo en un vaso de agua, cada vez tenemos más pobres y también más ricos, por que no hay peor enemigo del hombre que el propio hombre sin Dios. Ahora quieren establecer la ley de la eutanasia, rechazable sin ambigüedades por supuesto, pero ¿Cuántos millones de crímenes abominables se han producido por el aborto? Aunque haya personas que no lo crean, Dios existe y es nuestro Padre, y viendo el extravío al que hemos llegado, la copa está rebosando, como no queremos corregirnos y volver arrepentidos a la casa del Padre, nos envía esta purificación que se prolongará en el tiempo hasta que no exista una verdadera conversión. Esta experiencia nos tiene que despertar del letargo letal que estamos padeciendo, que el mundo no es el paraíso terrenal, que es un valle de lagrimas como rezamos los católicos en la Salve y nuestro destino es la eternidad, de Dios venimos y a Dios volvemos. No hagamos lo que decía San Agustín: “Corren mucho pero descaminados ¿adonde irán a parar?