Francisco Robles en un emotivo artículo ('Héroes anónimos'), publicado el 15 de febrero en el ABC de Sevilla, en contraposición a tanta basura y "corrupción estancada" en el ambiente, ensalzaba el ejemplo heroico y la entrega sin límites de tantos padres (y familiares) que cuidan a sus hijos que padecen enfermedades raras.
Reclamaba Robles un cambio de prioridades en los presupuestos públicos para ayudarles, y concluía con el siguiente pensamiento que "atraviesa el corazón: las sociedades más avanzadas son aquéllas que cuidan a los que más lo necesitan".
Pero si aplicamos este criterio como medida de nuestro avance, la sociedad española actual -por muy modernita que nos la vendan- no queda nada bien. Y como muestra, basta el botón del gran consenso y silencio de los grandes y medianos partidos políticos respecto a una Ley que permite más de cien mil abortos anuales en nuestro país.
Porque la cruda realidad es que los más débiles, que más cuidados necesitan y están más indefensos, son los seres humanos en gestación, que finalmente acaban sus días en un cubo de basura o en una trituradora.
Y esto es así, por más que nos engañemos disfrazando nuestros egoísmos como actos compasivos con la embarazada, o hasta con el hijo abortado por "no deseado".
Miguel Ángel Loma Pérez