Sr. Director:
Los sindicalistas profesionales viven de nuestros impuestos, a través de subvenciones públicas.
Por eso les importa poco el número de afiliados, o si pagan o no su cuota, y les da igual el sistemático fracaso de participación en sus movilizaciones.
Y por eso, porque tienen el sueldo asegurado, se permiten el lujo de hacer política, incluso en contra de España.