En el concurso por la demagogia, Ione Belarra abrió fuego solicitando un tope a los precios de 20 alimentos básicos. Ya habían ganado la canallesca batalla por la ley trans, así que necesitan asumir más protagonismo.
Su amiga/enemiga, Yolanda Díaz, naturalmente se sumó a a la ceremonia y aseguró que a quien había que retorcer el brazo era a las grandes superficies. Ya saben: duro con Mercadona.
Los socialistas, igualmente canallas pero menos majaderos que los podemitas intentaron defender su posición: Nadia Calviño aseguró que su bajada del IVA para algunos alimentos todavía tenía recorrido, justo al mismo tiempo -le llaman coordinación- Ione Belarra aseguraba que la bajada del IVA, la de Calviño y Marisu Montero, había sido un fracaso. Había que dictar los precios por decreto. Y Luis Planas, el ministro más sensato del Ejecutivo, que sabe que un gobierno no debe fijar los precios de nada, recibió un toque y, miren que curioso, ahora habla de que si se promulga la medida de doña Ione, debe quedar claro cuántos alimentos se rebajan, cuáles y en cuánto tiempo, para quién y, sobre todo, cuánto va a costarle al erario público... que no es dinero de Ione, Montero o Díaz, sino que es el dinero que pagamos todos los españoles.
Pero es que, al mismo tiempo, el Banco Central Europeo (BCE) advierte a la España y al resto de países que las subvenciones públicas no hacen otra cosa que aumentar la inflación. En efecto, si subvenciones a la compra de alimentos, cuya cantidad no aumenta de la noche a la mañana... lo que está haciendo es incrementar el precio de los alimentos.
En resumen, Yolanda, ¿por qué no topas los 'mercas', que son tuyos, en lugar de topar a las grandes distribuidoras?
En cualquier caso. Si en energía no se trata de consumir menos sino de producir más, en Inflación también se trata de producir más, no de subvencionar más lo que ya se está produciendo.