Lo cuenta el nuevo obispo de Teruel. José Antonio Satué. Supongo que el prelado lo hizo toda su buena intención, de lo que se deduce que los obispos españoles necesitan clases de comunicación.
Porque claro, eso de que “La misión de la Iglesia no se reduce solo al terreno religioso”. Es como decir que “la misión del Gobierno no se reduce al terreno político”.
Es como cuando escucho al padre Ángel asegurar, serio y compungido, “que hay que dar algo más que el rezo”. Porque además es mentira: nadie da lo que no tiene.
Señores obispos, menos complejos ante el mundo. Y otro aforismo: zapatero a tus zapatos, porque lo malo no es que cuando la Iglesia quiera convertirse en una ONG esté faltando a su razón de ser, que también, sino que, encima, como ONG, la Iglesia es un desastre. Recuerden que a las ONG sólo les sobra la ‘N’, porque, mayormente, viven del presupuesto público. Y lo cierto es que el presupuesto de San Marino, o el de Andorra, por decir algo, supera al de la Iglesia, una entidad más pobre que las ratas porque tiene mucho patrimonio y poca liquidez.
En otras palabras, que es más pobre que ratas y en el progreso material… sólo aporta el espíritu, ente no cuantificable.