Habrá que repetir que en siglo XXI ya no hablamos de naturalismo, esa doctrina que como el agua derramada penetra por todas las rendijas, y que consistía en el final de la moral, es decir en el final de la cultura (sí, es lo mismo). El naturalismo defendía que el hombre, sujeto de pasiones, no tiene que obedecer a la ley natural, claramente esclavizadora, y, traducido al roman paladino, que debe hacer lo que le venga en gana. Y esto, fíjense, se nos ha presentado como el acabose de la racionalidad y el final del imperio de los curas esclavistas.
Decir que la Hispanidad está en crisis significa decir que la Iglesia universal está en crisis. Y si la Iglesia de Roma está en crisis... entonces está en crisis la humanidad entera
Ojo, en el siglo XXI tampoco hablamos de modernismo, esa simbiosis de todas las herejías, que vino a ser una especie de naturalismo pedante: el hombre también prescindía de Dios porque no le gustaban los absolutos ni, para qué engañarnos aceptaba autoridad alguna que no fuera el relaticismo cambiante de su propio capricho.
Ahora bien, como en el viejo chiste del franquismo (hace 25 años estábamos asomados al abismo, ahora hemos dado un paso hacia adelante), en la vigésimo primera centuria hemos avanzado desde el naturalismo, el modernismo, el relativismo, y no sé cuántos más 'ismos', hacia la blasfemia contra el Espíritu santo.
Iberoamérica representa más del 40% de los católicos del mundo y sólo el 7% de la población mundial. Sin comentarios
Y es que la crisis de la hispanidad, profunda, coincide con la blasfemia contra el Espíritu Santo. Por algo será.
En España y en Hispanoamérica, se está presentando lo bueno como malo y lo malo como bueno. En el mundo anglosajón es peor: se convierte la aberración en doctrina. Y recuerden; la blasfemia contra el Espíritu no se perdonará ni en este mundo ni en el venidero.
Ahora bien, decir que la Hispanidad está en crisis significa decir que la Iglesia universal está en crisis. Y si la Iglesia de Roma está en crisis... entonces está en crisis la humanidad entera.
¿Cómo saldremos de la crisis de la Hispanidad, ergo de la crisis de la humanidad toda entera? Cuando España se recristianice. Es decir, cuando volvamos a distinguir entre el bien y el mal y, con ello, entre la verdad y la mentira
Recuerden: Iberoamérica representa más del 40% de los católicos del mundo y sólo el 7% de la población mundial. Sin comentarios.
¿Cómo saldremos de la crisis de la Hispanidad, ergo de la crisis de la humanidad toda entera? Cuando España se recristianice. Es decir, cuando volvamos a distinguir entre el bien y el mal y, con ello, entre la verdad y la mentira. Y cuando España haya vuelto a Cristo, Hispanoamérica, que siempre nos imita, en lo bueno y en lo malo, también se recristianizará. Dicho sea en el día del a Virgen del Pilar, patrona de la Hispanidad, y por tanto, guste o no guste, también de España... vía la hispanidad.