Una guerra suspende la alternancia democrática. La guerra de Israel contra los terrorista de Hamas ha terminado en una especie de gobierno de concentración judío que aúna a todas las tendencias o que, al menos, es aprobado por las más importantes.
Pero ya son demasiados mese de guerra y demasiadas víctimas inocentes de gazaríes porque los terroristas árabes siempre hacen lo mismo: primeros asesinan y luego se ocultan tras sus mujeres y niños, a los que convierten en mártires no deseados de las balas del enemigo.
Ahora bien por mucho gobierno de concentración que haya, una sociedad tan blanda como la actual debe apoyar la guerra y hasta el pueblo judío que por su pasado y porque fuera el pueblo elegido por Dios, es más fuerte que otros pueblos, empieza a cansarse de la guerra y de que no haya servido para liberar a sus rehenes. Algo falla y el cansancio aumenta.
En esas, surge el moderado Benny Gantz, que suspira por recuperar el poder en Jerusalén y amenaza a Benjamín Netanyahu con romper el Gobierno. Netanyahu, del que ya he dicho hasta demasiadas veces que no me cae simpático: repito que no es un líder hebreo, es un sionista ateo, pero mucho más previsible que el moderado Gantz.
Recuerden que las guerras suelen declararlas los moderados, no los extremistas. Estos son más eficaces en tiempos de paz.
En cualquier caso, cuidado con Benny Gantz: es un hombre del Nuevo Orden Mundial (NOM) el grupo que podría provocar una guerra mucho más amplia que la de Gaza. Es un hombre NOM.