Ni tan siquiera asistió a la misa del Domingo de Resurrección en la Catedral de Palma de Mallorca, una presencia tradicional en la Familia Real española. 

Tampoco fue a visitar a su padre, el Rey Juan Carlos I, a Abu Dabi, no vaya a ser que el presidente del Gobierno le retire el saludo. Además de su sucesor, Majestad, es usted su hijo, y el cuarto mandamiento habla de honrar a tu padre y a tu madre.

Sin embargo, sí lo han hecho sus hermanas, las infantas Elena y Cristina acompañadas con los nietos del Monarca. La única que faltaba, además de la Familia Real, ahora formada por cuatro miembros, era la Reina Sofía, a quien debería darle un poquito de vergüenza.

Y su hija Leonor, la futura reina, abandona su formación masónica para pasar unas vacaciones en España... verdaderamente laicas

Miren por donde, la princesa Leonor, futura Reina de España, tampoco ha visitado a su abuelo en el exilio. Y eso que estaba de vacaciones en España, días de descanso en su educación masónica, en el colegio ateo de lujo en el que le están convirtiendo en una futura Reina progre.

Pues bien, ni razones de Estado ni perrito que nos ladre, Majestad Felipe VI: es su padre y el cuarto mandamiento le ordena honrarle... y aunque fuera el mayor corrupto que vieron los tiempos, que no lo es... usted debería haber viajado para darle un abrazo.

A lo mejor hay que pensar en cambiar a Felipe VI por Luis Alfonso de Borbón, que tiene incluso más derechos al Trono y que sí, es católico. Porque sin el apellido católico, la monarquía española no responde a la historia de España

Y por cierto, de vacaciones en España, la precitada princesa Leonor tampoco participó en ningún acto religioso, propio de la Semana Santa. Vamos a tener una futura Reina educada en la 'new age', conforme quería su madre, la Reina Letizia, que ha impuesto la educación de su hija, en un colegio, insisto, de tintes masoncetes

A lo mejor hay que pensar en cambiar a Felipe VI por Luis Alfonso de Borbón, que tiene incluso más derechos al Trono que Felipe VI y que sí, es católico y no se avergüenza de serlo. Porque, sin el apellido católico, la Monarquía española no responde a la historia de España ni a su propia historia.