En la imagen se puede ver a George McLaurin, el primer negro -perdón, afroamericano- que fue admitido en la Universidad de Oklahoma (EEUU) en 1948. Sin embargo, casi 400 años antes, en 1556, Juan de Sessa (también conocido como Juan Latino), hijo de una esclava negra etíope, se convirtió en catedrático de la Universidad de Granada (España). Algo que pone seriamente en duda que había democracia anglosajona y racismo hispano.
Una acertada imagen que corre por Internet, ante la que sobran las palabras. Otra muestra que desmiente la leyenda negra de España en América, pero no la única. Recientemente, Hispanidad ha referido que “el número de hospitales que fundó España en sus dominios americanos fue de más de 1.000, así como 30 universidades, colegios…”, según la historiadora María Saavedra, y que “la política imperial inglesa era que el mejor indio era el indio muerto, aunque la conquista que pasó a la Historia como asesina fue la española… por obra del marketing político británico”, ha señalado el historiador Marcelo Gullo.
Parece que tanta mentira sobre el expolio, la crueldad y el racismo del imperio español cae por su propio peso. La leyenda negra, por tanto, no tiene ni pies ni cabeza.