Caso real: viuda con una pensión de 600 euros mensuales. Dependencia total. Lleva cinco años sin andar, atada a una silla de ruedas. Necesita dos personas para cuidar de ella y una tercera para cubrir los descansos de las otras dos. 

Cobra 750 euros por dependencia pero el coste de las empleadas que le cuidan les sale a sus hijos por más de 3.000 euros mensuales. 

La muy ingrata se niega a acogerse a la otra solución que le ofrece Pedro Sánchez: la eutanasia.