¡Qué idea, PSOE y PP unidos en una vuelta la bipartidismo! Toda la matemática electoral, tanto en Cataluña como en el conjunto de España, desaparecería, como por ensalmo.
El PP y el PSOE unidos, arrinconarían el cáncer comunista de Podemos y los separatistas. Se desmontaría el Frente Popular sobre el que se asienta el Sanchismo y que no es otra cosa que una bomba de relojería.
Insisto, Pedro Sánchez -quien, por supuesto, no se lo ha planteado ni por un instante- podría seguir de presidente del Gobierno, porque ahora ni el mismo Feijóo sueña con llegar a la Moncloa antes de las próximas elecciones.
Ahora bien, insisto: no se baraja esta hipótesis ni en Ferraz ni en Genova. A Pedro Sánchez le divierte más vivir en el guerracivilismo permanente entre las dos Españas.
Pero este matrimonio de conveniencia entre PP y PSOE sí seria una trabajo adecuado para el Rey Felipe VI, quien debería ponerse la frente de esta manifestación.
Dicho esto, ¿Me gusta la vuelta al bipartidismo? Por supuesto que no. Reconozco su utilidad para salir de este gallinero pero no estoy dispuesto a que me gobierne una sucesión de progresismo de izquierda y progresismo de derechas. Terminar con la majadería en que se ha convertido la política española sí que debería ser función de Felipe Vi de España, el rey ausente. Su padre, desterrado por su hijo, ya estaría aplicado a la tarea.