Empecemos por el final, el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, ha anunciado la disolución de la Asamblea de la República y la convocatoria de elecciones anticipadas para el próximo 18 de mayo.
La decisión ha sido tomada tras la crisis política generada por la derrota del Gobierno en la moción de confianza, lo que provocó, a su vez, la dimisión del primer ministro, Luís Montenegro. Pero si nos remontamos un poco más atrás, a noviembre del 2023, vemos el comienzo de estos tiempos convulsos en Portugal, cuando el primer ministro, António Costa, dimitió el mismo día que la fiscalía lusa inició investigaciones contra él y algunos miembros de su gabinete por presunta corrupción, prevaricación y tráfico de influencias. Marcelo Rebelo de Sousa aceptó la dimisión y semanas más tarde la Fiscalía admitió que Costa no iba a ser investigado, sólo uno de sus ministros, el de Economía.
Para entendernos, se abre una investigación por corrupción contra el Gobierno, y el Primer Ministro, dimite el mismo día, eso lleva a un nuevo Primer Ministro, al cual un año después de formar Gobierno, se le somete a una cuestión de confianza que pierde, y por tanto dimite y se convocan elecciones. Ojo, estamos hablando del partido socialista y socialdemócrata.
Ahora, juguemos a las 7 diferencias... con España.
Sánchez lleva intentando tener gobierno en solitario desde el año 2015, y lleva concediendo favores a socios independentista, comunistas y terroristas desde el 2018. Pero esto a Sánchez le da igual, y sigue en pie.
Sánchez forma su primera Ejecutiva en 2018, y varios de sus ministros tienen que dimitir por diferentes escándalos, pero él sigue en el cargo sin inmutarse. Recordemos las declaraciones de uno de esos ministros que tuvo que dimitir, Màxim Huerta, el cual aseguraba que a Sánchez sólo le importaba cómo le recordaría la historia.
De esta entrevista en el hormiguero, podemos confirmar algo que sospechábamos:
— Pedro Cid (@Pedro_Cid) January 31, 2023
Maxim Huerta es una buena persona
Pedro Sánchez es una mala persona
pic.twitter.com/wXVIvkTBBg
Su exministro y mano derecha, José Luis Ábalos, está siendo investigado por una trapa de corrupción que salpicaría a medio partido socialista: Sánchez obliga a dimitir a Ábalos antes de que comience la investigación, pero él sigue en el cargo.
Es más, varios de sus ministros son citados, y tampoco dimite.
Otra más, la mujer del Sánchez, Begoña Gómez, también está siendo investigada en otra trama: Sánchez no sólo no dimite, sino que 'amenaza' a los españoles con un tiempo de reflexión, porque está profundamente enamorado.
Seguimos: el hermano de Sánchez, también se está viendo envuelto en otra trama... y Sánchez sigue en pie.
Y última para bingo, sus socios, que consiguen todo lo que quieren a base de chantajear a Sánchez con romper el Gobierno, plantean una cuestión de confianza, la cual retiran el día de antes a cambio de que se les perdone la deuda y de que se les cedan las competencias en inmigración.
Dicho en otras palabras, Sánchez sólo tiene clara una cosa: caiga quien caiga, él va a seguir en Moncloa, al menos, de momento.