A una pregunta del Grupo Parlamentario VOX, la Consejería de Justicia de Cataluña ha tenido que admitir que más del 41% de los presos en cárceles catalanas no tienen la nacionalidad española.

Así, el líder de la formación en Cataluña, Ignacio Garriga, afirmaba: “Les voy a dar tres datos que refuerzan el relato de que es imprescindible combatir la inmigración ilegal que campa a sus anchas por nuestras calles”, mostrando que, de los 7.816 presos, 3.228 son extranjeros, mientras que los 4.588 restantes son españoles.

En Cataluña, la población musulmana alcanza el 8% del total, en España sólo el 2%.

Garriga ha hecho hincapié en los datos ofrecidos por la Consejería de Justicia sobre algunas cárceles, por ejemplo, la de Brians 1, donde el porcentaje de extranjeros sube al 61%, la de Puig de les Basses, donde nos encontramos con el 56% extranjeros, y el de la cárcel de Joves que, con un 81% de extranjeros, es la que menor porcentaje de españoles tiene.

Según el IDESCAT, la mayoría de estos presos proceden del Magreb (1.255) o de América Central o América del Sur (1.135). Y es que Cataluña concentra una cuarta parte de la población musulmana de España. Del total de 2,1 millones de musulmanes residentes en España, 564.055 están en Cataluña, lo que supone un 8% de la población catalana, por un 2% el del conjunto de España.

Al fondo, la relación entre inmigración y delincuencia. Negar la realidad -hay más delincuentes entre extranjeros que entre los españoles- no es luchar contra el racismo, es no reconocer la verdad. Ahora bien, también es cierto que el hombre que emigra a España como ilegal, no suele ser el más educado ni el menos necesitado de robar para sobrevivir.