Dos hernandos muy hernandos. El portavoz parlamentario del PP, Rafael Hernando, y el del PSOE, Antonio Hernando. Hoy nos interesa el primero. La historia es breve -es decir, desgraciadamente muy breve-: 12 diputados del PP le han enviado una carta a su jefe de filas, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para decirle que no están de acuerdo con la burla de la reforma del aborto, que ni es provida, ni es pro-inteligencia racional. Es una burla del PP al electorado provida.

Cuando hay disciplina de voto, un diputado debe dimitir, antes que votar una norma que atente contra su conciencia

Entonces sale el portavoz parlamentario, el espabiladísimo Antonio Hernando y dice, con un deje de cinismo que mejor se había dejado en su casa: "Me imagino que no votarán en contra una norma que puede evitar abortos". Es el chantaje permanente del Partido Popular, en esta ocasión a sus propios diputados: sí, os hemos tomado el pelo diciendo que íbamos a proteger la vida y luego nos hemos acobardado. Ahora bien, no podéis romper la disciplina de voto porque, si lo hacéis, estáis evitando que, en lugar de matar a 1.000 no nacidos, se mate a 999. Eso suponiendo que alguna adolescente embarazada de cabeza hueca haga caso a sus padres y tenga al niño.

Es decir para -presuntamente- salvar a uno tenéis que pechar con una norma que seguirá asesinando a 108.000 inocentes por año. ¡Eres genial Hernando del PP!

Por lo demás, en un país en el que existe esa castración mental que es la disciplina de partido, no basta con escribir una carta de protesta al presidente. Si aceptas la disciplina de voto y hay una ley que atenta contra tu conciencia no te queda otro remedio que dimitir. ¿Que tu puesto lo ocuparía entonces un abortista y el resultado sería aún peor? No hombre no. Eso es como si me dices que el cura del pueblo debe ser el que compre el puticlub para poderlo cerrar en domingo y fiestas de guardar. Lo inmoral es el aborto -o el puticlub- en sí mismo.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com