- Es la inversión moral, la canallada disfrazada de filantropía.
- La alcaldesa de Barcelona pretende legalizar ahora las ocupaciones de la propiedad ajena.
- Eso sí, desde el poder político, que ella califica como estado de derecho.
La activista y alcaldesa de Barcelona -por ese orden-
Ada Colau (
en la imagen), pretende
legalizar la okupación (escríbase con K, de mucha kara) de
pisos ajenos. Es dudoso que tenga autoridad para hacerlo pero eso a ella le importa una higa: tiene el poder.
Esto es:
Ada Colau no defendía a los desahuciados; a los que realmente defendía era a los 'okupas', es decir, a los ladrones,
vagos y jetas varios, que prefieren no dar palo al agua y destrozar la propiedad ajena: no sólo la okupación sino que, encima, la destrozan.
Precisamente,
por su nobilísimo espíritu solidario fue por lo que Ada Colau ascendió a alcaldesa. Y por eso ahora, como todo lo que se mueve en la órbita de
Podemos, es decir, de los neocomunistas (o leninistas 3.0, que diría
Felipe González) es una inversión moral, donde lo malo es bueno y lo bueno malo.
¡Una gozada!
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com