• Porque ha llegado el momento de defender al Dios eucarístico… aún con nuestro propia vida.
  • San Juan Pablo II, el polaco recio, lo contaba así. "Es hermoso estar con Él y, reclinados sobre su pecho, como el discípulo predilecto, palpar el amor infinito de su corazón".
Ya me extrañaba a mí que San Juan Pablo II no hubiera tocado en demasía –eso creía yo- la adoración al Santísimo Sacramento. Al parecer, era yo el que no me había enterado, a pesar de que la información la teníamos en Hispanidad, para ser exactos, en el santoral elaborado por Pilar Riestra y que publicamos cada día. Porque el papa polaco libró todas las batallas, y la gran batalla de este fin de siglo es la eucaristía. Y los enemigos de la fe (no hablo solo de Rita Maestre, que conste, sino de gente más sutil que ella) tiene un solo objetivo: la eucaristía, el gran regalo de Dios al hombre. Por decirlo de otro modo, ha llegado el momento en que habrá que defender al Dios eucarístico con la propia vida. Wojtyla recoge aquello de que el mejor predicador es Fray Ejemplo y nos cuenta su propia vivencia: "Es hermoso estar con Él y, reclinados sobre su pecho como el discípulo predilecto, palpar el amor infinito de su corazón". Y más: "Si el cristianismo ha de distinguirse en nuestro tiempo sobre todo por el 'arte de la oración', ¿cómo no sentir una renovada necesidad de estar largos ratos de conversación espiritual, en adoración silenciosa, en actitud de amor, ante Cristo presente en el Santísimo Sacramento? ¡Cuántas veces mis queridos hermanos y hermanas, he hecho esta experiencia y en ella he encontrado fuerza, consuelo y apoyo!". Y luego el encargo a los curas: "El culto que se da a la Eucaristía fuera de la Misa es de un valor inestimable en la vida de la Iglesia… Corresponde a los Pastores animar, incluso con el testimonio personal, el culto eucarístico, particularmente la exposición del Santísimo Sacramento y la adoración de Cristo presente bajo las especies eucarísticas". Y yo no tengo nada más que añadir. Salvo que en la eucaristía nos jugamos el siglo… y el tipo. Eulogio López eulogo@hispanidad.com