- En justa reciprocidad, porque los socialistas llevan años en que se desviven por la crisis del cristianismo.
- En pleno divertimento nacional por la parodia de Ferraz, el secretario de la Conferencia Episcopal anda a la búsqueda de la estabilidad política de España.
- Lógico: es la función principal del Episcopado católico.
- Sin embargo, no ha dicho una palabra sobre las leyes homosexualistas de Cristina Cifuentes.
- Es decir, que Gil Tamayo hace análisis políticos pero no morales. El mundo al revés.
- Junto a Barriocanal, Tamayo forma la pareja tóxica de la jerarquía clerical española.
El padre Gil, también conocido como
José María Gil Tamayo (
en la imagen), secretario general de la Conferencia Episcopal, aparecía ayer jueves ante las cámaras de A3TV para explicarnos a todos que "
estamos muy preocupados"
por lo que ocurre en el PSOE, dado que este partido es vital para la 'estabilidad' política española.
¿Estamos? ¿Quién está preocupado? Desde luego yo no.
Los españoles no lo estamos pasando bomba por dos razones: se demuestra que lo único que les preocupa a los políticos es el poder y que
todo su mensaje en pro de los españoles es una coña marinera. Y por si fuera poco, la creatividad irónica española ha despertado gracias a Ferraz. Todo esto es muy divertido.
Y miren por dónde, al padre Gil no le preocupa, sin embargo, que la presidenta
Cristina Cifuentes pretenda convertir en homosexuales a los niños madrileños. Ni una palabra contra las
leyes de identidad de género que amenazan con cerrar los centros religiosos a quienes se opongan y con desprecia a los que no levantan la voz y se vuelven contra los niños, que son las víctimas. Al parecer, el
secretario de la Conferencia Episcopal no piensa lo mismo que
los obispos de Alcalá y Getafe, quienes, en defensa de su grey,
arremetieron contra las barbaridades de
Cristina Cifuentes. Lo que a
Gil Tamayo le preocupa es el atrincheramiento de
Pedro Sánchez en Ferraz. Lo siente y lo sufre. Todavía no ha tomado partido por Susana o por Pedro pero llegará un momento en que se verá obligado a ello. Al padre Gil tampoco le preocupa las
leyes antivida del PP, ni a las profanaciones de
Podemos (por ahora, sólo de Podemos) ni la marginación de los católicos en la vida pública, ni la coherencia de los católicos en esa misma vida pública.
Pero
la estabilidad del PSOE le preocupa grandemente. Ahí radica el futuro de la fe y de la España cristiana. Seguramente se lo ha explicado la directora del Gabinete de la vicepresidenta Soraya, es decir,
María Pico.
Para entendernos,
el padre Gil Tamayo hace análisis políticos pero no morales. Esto es, el mundo al revés. Junto a su segundo, más bien primero, el vicesecretario general para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal, y presidente de la COPE y mandamás de 13TV,
Fernando Giménez Barriocanal, forman la pareja tóxica de la jerarquía clerical española.
Creo que Barriocanal también está muy preocupado por la causa de la estabilidad política, que le desvela cada noche. ¡Ay Pedro! ¡Ay Susana! ¡Cuánto hacéis sufrir a la clerecía!
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com