- Los baales eran divinidades cananeas que una y otra vez son calificadas como culto a Satán.
- Una mezcla de idolatría y lascivia.
- Además, es la fiesta más vulgar de todo el calendario.
- ¿De verdad puede gustarle el carnaval a alguien? ¡Qué mal gusto!
Carnaval significa 'carne para Baal'.
Los baales eran las divinidades de los pueblos cananeos, contra cuyo culto idolátrico y lascivo (a los israelitas rebeldes les molaba por aquello del despendole sexual que conllevaba) tanto luchó lo más granado del pueblo elegido y las Sagradas Escrituras.
Al fondo,
Baal no era más que Satanás, que ha sido adorado como dios por las civilizaciones menos civilizadas. Por ejemplo, las alabadas, en España, civilizaciones precolombinas, con sus sacrificios humanos anexos.
Se me dirá que esto no tiene nada que ver con las chirigotas de Cádiz y yo insisto en que las cosas hay que contemplarlas por su origen. El origen del Carnaval es satánico y su plasmación práctica es humillación alienante y rijosidad, que suelen ir unidas. Era carne para Baal, ahora es carne para animalizar al hombre. El origen es el mismo, su plasmación, idéntica.
Nota al margen:
cuando el humor conlleva la humillación del prójimo, deja de ser alegría para convertirse en liberticidio.
¿De verdad puede gustarle el carnaval a alguien? En mi opinión, ¡qué mal gusto! Es la fiesta más vulgar de todo el calendario. Y un pelín maléfica.
Por contra, su adversario, la
Cuaresma, ha provocado la mayor explosión artística de la historia. Sólo eso.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com