- El presidente en funciones de la Generalitat ya no es la solución: es el problema.
- Con el 50% de los votos y de los escaños no se puede hablar de independencia.
- Y en un referéndum secesionista debe votar el conjunto de los españoles.
- Pero el pedante Mas sigue diciendo que España es una pre-democracia.
Hay dos defectos que llevo fatal: el uno es la pedantería, el otro, el narcisismo, esa egolatría vanidosa.
Artur Mas (
en la imagen), al que en su día consideré un político de altura,
se ha convertido en arquetipo de ambos. Y lo llevo mal.
Artur Mas juega con las palabras democracia en un insulto permanente hacia España: España es una pre-democracia. Pero ¿cómo puede hablar y dar lecciones de democracia el aliado de los
comunistas de ERC y de los soviéticos de Romeva? Pedantón y narcisista: al final, parece, y así lo ha demostrado durante la sesión del jueves, que está dispuesto a ser ninguneado por la CUP y por sus aliados radicales, con tal de ser presidente de la
Generalitat, aunque sea un presidente de azúcar cande.
Al fondo lo que dijo
Duran Lleida golpea en la diana: "
¿Necesitamos dos tercios para nombrar el defensor del pueblo y nos vamos a independizar con otro 50%?".
Esa es la clave. No basta una mayoría, por muy absoluta que sea para una misión de esas características. Pues, ¿
qué pasa con la otra mitad de catalanes? ¿Y qué pasa con el resto de los españoles a los que se les arrebata una parte de lo suyo?
Además, el nacionalismo no tiene salida, porque no habla sobre el Estado de derecho sino del tamaño del Estado. Y ahí cada cual tiene su opción y una vale tanto como la otra.
No, no hay solución al problema catalán aunque sí es verdad que cuando el nacionalismo se serene en su derrota se les podría ofrecer a los catalanes un
plan fiscal.
Ahora bien, Artur Mas se ha convertido ya en el problema.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com