- Sobre todo el pacifista que pretende la impunidad: me salgo con la mía como sea.
- Además, la pluma puede hacer más daño que la espada.
- La única forma de violencia no es la física.
- Está la injuria, la vejación, la calumnia, los atentados contra el honor, la explotación y, en general, la humillación del prójimo.
"Para evitar que se produzcan episodios de violencia". Es la razón por la que el juez del Tribunal Supremo,
Pablo Llarena ha decidido mantener en prisión a algunos consejeros de la Generalitat, por ejemplo, al exvicepresidente,
Oriol Junqueras.
Y es cierto: nada produce más violencia que el pacifismo impune... y la única violencia no es la violencia física.
O como recuerda el
refranero español: la pluma puede hacer más daño que la espada. Al menos, a los seres racionales.
Ejemplo, Mahatma Gandhi. El ídolo de los pacifistas
provocó la descolonización más sangrienta del siglo XX, la de la propia
India, Paquistán y Bangladesh.
Y es que cuando alguien, como los separatistas catalanes, se empeñan en llevar las discrepancias al límite y en traspasar, incluso, la frontera de la impunidad, lo más lógico, e incluso lo más justo, es que reciban un porrazo en respuesta.
Insisto: el pacifismo es lo que más violencia provoca,
la antítesis misma de la paz. Sobre todo, el pacifista que pretende la impunidad: me salgo con la mía como sea, por encima de la ley y
por encima de los legítimos derechos del otro.
Además, la pluma puede hacer más daño que la espada. La mayoría de las veces, más que un golpe, le ofende una palabra. Y lo más importante: la única forma de violencia no es la física. Está la injuria,
la vejación, la calumnia, los atentados contra el honor, la explotación y, en general, la humillación del prójimo.
Por tanto, nada más violento que el pacifismo.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com