Bélgica no concede la extradición del rapero Valtònyc, un chico muy antisistema, muy terrorista y mayormente libertario. Es la segunda bofetada de los belgas a España, tras la de Puigdemont, bien protegido en la capital europea. Y lo ha conseguido el mismo abogado que lleva a Puigdemont y demás compañeros pródigos. Este jurista se está haciendo de oro.
El poder destructivo del pacifismo separatista catalán aún no ha sido convenientemente evaluado
Dejando a un lado que un Gobierno digno no se refugiaría en la independencia del poder judicial para cantarle las cuarenta a los belgas con el caso del grandísimo artista Valtònyc, se reafirma una idea que en Hispanidad hemos repetido un y otra vez, aunque con escaso éxito: Cataluña nunca se independizará de España, pero bien puede derruir España y Europa. España anda inmersa en un jaleo de ideas e identidades y la herida catalana le lleva al enfrentamiento civil.
La excusa, la independencia judicial: un juez puede ser independiente de todo menos de la ley, tampoco de la normativa europea
Ahora, Bélgica, con su nueva sentencia, le está haciendo una higa al espacio común europeo de justicia y seguridad.
A ver, la cosa consiste en que entre países socios no se discuten las euroórdenes: yo no juzgo, simplemente mi socio me ha dicho que están acusado de un delito, así que yo los trinco y se los remito. Todo lo que salga de ahí de mal procede.
No es eso lo que ha ocurrido y es grave… porque el separatismo nunca logrará la separación de Cataluña, pero si pude derruir España y el proyecto de la Unión Europea.