Los jueces tienen una ventaja sobre los políticos: éstos aplican las medidas y aquéllos las juzgan cuando ya se han puesto en marcha y se han demostrado un auténtico fracaso.
El caso es que los jueces belgas han echado abajo las medidas que restringen la libertad de los ciudadanos para, presuntamente, luchar contra el virus. Consideran que atenta contra libertades fundamentales, por ejemplo a moverse, y les ordena suprimirlas en 30 días.
A ver si los pérfidos ‘negacionistas’ van a tener razón: no se trata de esconderse del virus sino de eliminarlo
Y en Hispanidad ya hemos repetido que al virus no hay que evitarlo, hay que matarlo. No hay que esconderse del bicho mientras creamos una sociedad de neuróticos, acobardados, delatores y fiscales. Al virus se le combate creando medicamentos –todavía ninguno eficaz-, vacunas –que algo están haciendo aunque no logran acabar con el bicho y algunas utilizan métodos escasamente éticos- y en, general… eliminándolo, no escondiéndose de él mientras arruinan a la población.
El problema es que todo político lleva dentro de sí un tirano. Le coge el gusto a fastidiar al ciudadano con la excusa del covid y el terror generalizado y resulta que las restricciones no tienen fin.
Por cierto, ¿las restricciones de movilidad han contenido al virus? No
El totalitarismo sanitario es muy eficaz porque la fuerza represora no es la policía sino el vecino, que tiene aún más miedo que tú y que te acusa de contagiador, irresponsable, insolidario y alguna cosa más que haya oído en el telediario.
Por otra parte, las restricciones ¿han contenido al virus? Pues no parece, ya estamos en la cuarta ola. Y durante la primera y más sangrienta, los países con más restricciones, como España e Italia, fueron los que cosecharon más muertos por habitante.