La corrupción no tiene remedio, oímos una y otra vez, con ese fatalismo bobalicón con el que gusta adornarse el hombre moderno. Traducido: España no tiene remedio porque es un país corrupto y de la corrupción, como de la droga, no se sale nunca.
En primer lugar, niego la mayor: España es un país tan corrompido como otros, ni más ni menos, con la diferencia de que los españoles aireamos a nuestros corruptos mientras los anglosajones legalizan la corrupción y, con ella, a los corruptos.Por otra parte, no conviene confundir corrupción política con corrupción moral. Toda corrupción política es moral pero no toda corrupción moral es corrupción política. Y lo que es peor: un país no tiene políticos corruptos si no es porque su población también es corrupta o al menos permite la corrupción pública. No es que cada país tenga el gobierno que se merece: es que tiene el Gobierno que engendra.
Y por último, bajo el concepto corrupción, al menos en España, se están mezclando las churras con las merinas: verdaderas aberraciones con chorradas por las que, en tiempos de sensatez, nadie gastaría un minuto de su tiempo. Hay algunos, y esto también es corrupción, empeñados en utilizar la justicia como venganza. (En la imagen, la juez Mercedes Alaya).
Eulogio López