- Insistimos: todo vale con tumbar a quien tumbó a la candidata de la masonería internacional, doña Hillary.
- ¿Recuerdan algún presidente que haya sido recibido como fue recibido Trump por la CIA y el FBI.
- Eso sí, ahora es Vladimir Putin quien tiene que demostrar su valía.
Estoy convencido de que Donald Trump tiene razón: los servicios secretos norteamericanos, sus propios espías, están jugando contra él. ¿Por qué lo dudan? ¿Acaso algún presidente fue recibido por la CIA, FBI y compañía con acusaciones directas a quien iba a convertirse en su nuevo jefe? El Nuevo Orden Mundial (NOM) -es decir, la nueva masonería internacional- está dispuesta a tumbar Trump a cualquier precio, incluso al precio de la democracia norteamericana. Venció a su candidata, a Hillary, y eso no lo perdona. El elitismo gnóstico de la masonería siempre ha pretendido que él puede controlar a las masas, en una democracia aún más y mejor que en una dictadura. Insisto: Trump es un patán pero tenemos que cuidarle como a la niña de nuestros ojos. Y por cierto, este es el momento de Vladimir Putin. El líder ruso no puede ponérselo difícil a Trump, no ahora. Con Obama de vacaciones, esperemos que indefinidas, Putin tiene que comprender que debe ayudar a Trump y apoyarse en Trump, en defensa de lo que ambos combaten y que el NOM combate: creen en algo, sólo eso. El NOM es nihilismo puro: uro voluntad y capricho de controlar al prójimo: no cree en nada. Eulogio López eulogio@hispanidad.com